Las baterías han mejorado mucho su rendimiento en los últimos años. Cada vez duran más y son más resistentes. No obstante, todavía presentan ciertos problemas cuando se someten a temperaturas elevadas o a temperaturas muy bajas.

 Cómo afecta la temperatura a las baterías.

Para que una instalación funcione con un rendimiento óptimo, las baterías no pueden superar una cierta temperatura de calor ni de frío. 

A muchos grados positivos, su rendimiento bajará, al igual que si se somete una batería a una temperatura con muchos grados bajo cero.

Las baterías sufren a partir de una cierta temperatura y por debajo de una específica

La temperatura óptima de las baterías  es de 20 grados de máxima y los 10 grados de mínima. Por encima de los 30 grados de temperatura la batería empieza a bajar el rendimiento. A temperatura  negativas, el rendimiento también se ve afectado negativamente.

Más o menos esto se cumple en el resto de baterías. Es una medida de protección que suelen incorporar las baterías para proteger su rendimiento y alargar al máximo su vida útil.

¿Cuál es el efecto de las altas y bajas temperaturas en las baterías?

Las baterías deberían evitar ciertas temperaturas si se quiere obtener un rendimiento óptimo de las mismas.

Temperaturas que las baterías tendrían que evitar

Se ha calculado que cuando una batería está sometida a una temperatura inferior a los -5 grados, el rendimiento de la misma baja un 20%. Algo muy similar a lo que sucede cuando la temperatura supera los 40 grados. En este caso el rendimiento se suele reducir un 15%.

Esto constata que las baterías por lo general tienen un mejor rendimiento a altas temperaturas que a bajas temperaturas.

Las baterías de plomo y las de Li-ion presentan un mejor rendimiento ante altas temperaturas que no ante las temperaturas bajas.

La temperatura óptima de las baterías

Lo más habitual es que las baterías alcancen una vida útil óptima cuando están funcionando a una temperatura de 25 grados. En cambio, si una batería de plomo ácido está en funcionamiento a unos 40 grados disminuye un 40% su vida útil.

En el otro extremo de la balanza, tenemos que la mayoría de las baterías, tanto las de níquel como las de plomo como algunas de litio, dejan de funcionar cuando se alcanzan temperaturas igual o inferior a 25 grados bajo cero.

Solo algunas baterías específicas como las de Silicio o litio de fosfato de hierro pueden rendir estando a 40 grados bajo cero.

Además, para lograr que una batería alcance el mejor rendimiento existen ciertos consejos al respecto.

Consejos para alargar la vida útil de la batería

Más allá de controlar que una batería no alcance ciertos niveles de temperatura, hay que respetar los niveles de carga y descarga de la misma. Cada tipo de batería tiene un nivel de carga y descarga recomendado y hay que consultar las especificaciones del fabricante para lograr el máximo rendimiento.

Utilizar un regulador

Para controlar que el nivel sea el adecuado hace falta un regulador. Este dispositivo es el encargado de suministrar a las baterías la energía que necesitan en función de su nivel de carga o descarga.

Ecualizar las baterías

En los distintos ciclos de carga y descarga se producen reacciones químicas en las celdas de las baterías. En aquellas que no se encuentren selladas hay que comprobar  los niveles de los vasos, ya que su normal funcionamiento implica pérdida de líquido. Además de pérdida de líquido, también se producen incrustaciones en los electrodos y depósitos de los vasos. Para eliminar estas incrustaciones hay que ecualizar las baterías.

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